Ahh, no lo sabía en aquel momento, no sabía lo que obtendría al desatar tanto morbo, no era adolescente, no era alguien tonta, eran mis deseos de sentir, de saber que existía además del placer, además del amor (que por cierto, el amor es algo relativo, aun sigo sin sentirlo del todo) y sobre todo, que existía después de B, después de N, después de L, después de (... no recuerdo su nombre, ja), después de J, después de bla bla bla.
Sabes que existía? Nada, siempre era lo mismo pero revolcado de diferente forma, solo era placer, gusto por abrir las piernas y fin de la historia, no más para mi, no tenía más que ofrecer, mi corazón era un hueco, un lugar vacio alimentado por fugaces momentos de felicidad, era como tratar de llenar un vaso con un tenedor, la frivolidad era parte de mi personalidad, gracias a ella no sentía amor, no desarrollaba mi ser tierno y hermoso (ahh que bello) para que amar o querer si ya lo había hecho anteriormente y no funciono.
Lo bueno de esto: aprendes a distinguir entre las personas falsas y las personas como uno, lo mejor: tienes lo que quieres, das lo que quieres y dejas lo que no te sirve, lo malo: si, existe un defecto, llegas a estar solo en el momento más vulnerable de la historia...
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